volví de Oporto con la sensación de no haber conseguido hacer buenas fotos.
a los ojos, es tan bonita esta ciudad, que crees que es imposible atraparla con el objetivo.
cuando terminé de editarlas, me di cuenta de que me había traído un poco de ‘Porto’ escondido en la cámara, pero sobre todo, en el corazón.
reconozco que me he enamorado de esta ciudad.
(en la próxima entrada os enseño más fotos)
nostalgia y decadencia